jueves, 8 de mayo de 2014

el zorro y la sigueña

Había una vez un zorro y una cigüeña. El zorro y la cigüeña llegaron a ser amigos. Ellos iban a caminar y de caza juntos. Un día el zorro le dijo a cigüeña:
– Amigo mío, esta tarde te invito a mi casa.

Por la tarde la cigüeña llegό a casa del zorro. El zorro había cocinado dovga (sopa de yogur), puso un poco de sopa a una bandeja y la llevó a la mesa. Empezaron a comer. Cada vez que la cigüeña trataba de comer con su pico solo cogía un arroz. Habría podido comer cinco o séis arroces en total, que en aquel momento el zorro ya había terminado lamiendo hasta la bandeja. La cigüeña tenía mucha hambre y dijo con un susurro:
- No pasa nada zorro, me vengaré.
La cigüeña salio de la casa del zorro y regreso a su nido. No pudo dormir hasta la madrugada porque tenía hambre.
Pasaron unos días y la cigüeña cocino dovga también e invito al zorro. Puso
la sopa en un jarrón y llevó a la mesa. La cigüeña bebió toda la sopa con su pico. El zorro se quedo mirando y solo pudo lamer alrededor del jarrón.
Él  zorro se enfado mucho y volvió a su casa. En el camino se decía a sí mismo:
– No puedo seguir siendo amigo de la cigüeña. Tengo que comérmela!
Pasaban los días y el zorro buscaba una excusa para comerse a la cigüeña. Un día, de madrugada, el zorro llegó al lado de la cigüeña y dijo:
– Querida amiga, me aburro mucho, vamos a pasear por la pradera.
La cigüeña estuvo de acuerdo con el zorro. Ellos fueron a una pradera y al estar allí, el zorro dijo:
– Amiga mía, vamos a dormir un poco.


El zorro y la cigüeña se acostaron en la pradera. El zorro se hizo el dormido para encañarla.
En cuanto se durmió la cigüeña, el zorro se levantó y quiso comérsela.
La cigüeña abrió sus ojos y le preguntό:
– ¿Qué quieres hacer, amigo?
El zorro contestό: - Quise subir a tu espalda para ver mejor el alrededor.
– Amigo zorro, sube a mi espalda, yo vuelo y podrás observar todo el mundo.
El zorro se alegro y subiό a la espalda de la cigüeña. La cigüeña voló por el cielo. Poco después la cigüeña le preguntό al zorro:
– Amigo, ¿cόmo se ve la Tierra?
El zorro contestό: - Todas las cosas se ven muy pequeñas.
La cigüeña subiό un poco más y preguntό de nuevo: - Amigo mío, ¿ahora cόmo se ve?
El zorro respondiό: - Ahora no se ve nada.
En aquel momento la cigüeña dijo: - Amigo, mis alas se han cansado, quiero descansar un poco, baja de mi espalda,por favor.
El zorro empezό a rogar: - Amigo mío, por favor, cόmo puedo bajar y dόnde?
– Me duelen las alas, si no bajas, voy a tirarte yo misma.
El zorro rogό mucho, llorό y llorό, quería seguir con el paseo sin escuchar que ella estaba agotada. Así que la cigüeña no tuvo más remedio que tirarlo de su espalda. Al zorro no le ocurrió nada, pero aprendió la lección y fueron amigos de verdad.

reflexion del uso de tus valores

 .exigete como persona:

Tienes una exigencia moral
no te desvíes de los buenos lineamientos
que no se presenten yerros a sabiendas
sé RESPONSABLE...

No excluyas la dignidad y el decoro
ante cualquier interés mezquino
expresa tu magnanimidad y grandeza  de alma
sé GENEROSO...

Que la firmeza y constancia priven
intentando una y otra vez más
verás vislumbrar un mañana promisorio
sé PERSEVERANTE...

Fuera de  tí la ampulosidad ignominiosa
reconoce tus bajezas y miserias
te sentirás satisfecho y agradecido
sé HUMILDE...

Observa el juicio de los hombres
acatando disímiles actitudes
aunque rebatan los preceptos de tu conciencia
sé RESPETUOSO...

Compórtate decentemente
y obtendrás un elevado puntaje en tu vida
ten como guía la razonabilidad  y honradez
sé HONESTO...

Cuando ves que tu hermano desfallece
y no encuentras el rumbo anhelado y feliz
aguarda su recuperación y aconseja con amor
sé TOLERANTE...

hipo, la mochila mascota

Hipo era una mochila algo especial, ya que mientras las demás querían ser compradas él quería ser una mascota, una mascota de verdad; quería ver cómo se siente ser querido por alguien; y eso lo encontró en Carolina.

 Ella era una chica cándida, dulce y tenía la costumbre de reírse por todo. Cuando vio a Hipo le fascinó y lo compró de inmediato. Ella trataba a Hipo como si fuera una mascota de verdad, le hablaba de vez en cuando y él solo escuchaba y escuchaba, pero Hipo siempre le respondía con una sonrisa de oreja a oreja.

El primer día que lo llevó al colegio, atrajo la atención de casi todos susamigos menos a uno de ellos, él pensaba que era algo ridícula una mochila en forma de animal y se rió de forma maliciosa.

Carolina tenía un compañero algo envidioso y apático,  pero ella era amable y tierna con él ya que le tenía confianza, pero él era una persona sin valores ya que aprovechaba cualquier momento para molestar a Hipo: limpiaba la pizarra, secaba la gaseosa derramada con su cuerpo, hasta fue capaz de meterlo en el cubo de basura. Además tuvo el descaro de culpar a otro sin medir las consecuencias y siempre hacia eso, ya lo tenía por costumbre. Nadie sabía porque se comportaba así.

Sus infamias ya habían llegado a un punto alto, ya que suspendieron a otro alumno por su culpa y él no tenía remordimiento alguno, encima se reía cuando estaba solo.

Un día poco antes del recreo Alex agarró a Hipo y lo volvió a meter en la basura y nadie lo encontró. Después, la señora de limpieza cuando hacia su labor lo encontró, pero ella no sabía si devolverlo o no, ya que la mochila estaba llena de lapiceros, colores, etc.
Hipo estaba triste y no paraba de llorar, se sentía muy solitario al no ver a Carolina por ningún lado. Cuando pasó dos días la señora lo pensó bien y decidió devolverlo.

Se rumoreaba que vieron a Alex tirando a Hipo a la basura, ella le reclamó. Hipo se sintió muy alegre al ver de nuevo a su amiga y pensó que aunque no era una mascota de verdad se sentía cómodo, ya que recibía mucho cariño.


 Moraleja del cuento: Hay veces que podemos lograr mucho con poco que tengamos. Y además, tenemos que respetarnos los unos a los otros.